¿Es tu primer viaje a París y no sabes por dónde empezar? El 1º Distrito es un buen comienzo. Por aquí caminaron reyes, artistas, vikingos y un sinfín de personajes que fueron dejando por la ciudad su propia marca hasta transformarla en lo que es hoy.
Esa imagen idealizada que muchos tienen de París se materializa en este arrondissement. Caminar por las calles de adoquines que nos cuentan secretos de un pasado distante, con el aroma de croissants recién horneados o dar un paseo de barco por el Sena observando las luces que son los apellidos de esta ciudad. Todo eso lo puedes disfrutar aquí.
Así que ponte unos zapatos cómodos y una cámara con suficiente memoria porque aquí hay mucho que ver.
El Museo Louvre: el arte en su máxima expresión
Es imposible hablar del primer distrito sin mencionar el Museo del Louvre. Este coloso cultural es el más amplio y visitado a nivel global. Previo a su conversión en museo, se trataba de un palacio real en el que monarcas y emperadores se movían con un tono ceremonial. En la actualidad, millones de visitantes cruzan sus amplios corredores para maravillarse con obras como la «Mona Lisa», la «Venus de Milo» o la «Victoria de Samotracia».
Una sugerencia: si tu propósito es recorrer «La Gioconda», hay que tener paciencia. Siempre hay mucha gente haciendo selfies con ella. Pero la espera vale la pena, ella nunca pierde la sonrisa.
Si buscas un camino más tranquilo, ve por las calles menos transitadas. Hay tantas cosas impresionantes que es imposible contemplarlas todas en un único día.
El jardín de las Tullerías: un paseo con historia
Es como abandonar el Louvre y dirigirse directamente al Jardín de las Tullerías, transitar del esplendor palaciego a la tranquilidad de la naturaleza. Este parque, construido en el siglo XVI, ha presenciado revoluciones, amoríos y tardes de comida desde ese momento. Hoy en día, sus vías revestidas de estatuas y sus bancos bajo la sombra de los árboles lo hacen el sitio ideal para relajarse después de largas horas en museos.
Si te gusta algo dulce, existen diversos kioscos que venden crepes. Un café caliente y un banco confortable con vista al obelisco de la Plaza de la Concordia son un plan simple pero memorable.
Palais Royal: lujo y tranquilidad escondida
Al lado está el Palais Royal, un tesoro escondido entre el bullicio del corazón de París. A pesar de que el palacio no tiene acceso interno, sus jardines y galerías de comercio son una joya. En la plaza principal se encuentran las célebres columnas de Buren, un lugar donde parisinos y visitantes se sientan a conversar o a deleitarse con el sol.
Curiosidad curiosa: en el pasado, las galerías del Palais Royal se distinguían no solo por sus comercios, sino también por sus salones de juego y espacios de reunión de la aristocracia y la bohemia. Quizás aquí se cerraron algunos de los negocios más relevantes de la historia francesa.

Place Vendôme: lujo en estado puro
Si existe un sitio en París que resplandece con su propia luz, es la Place Vendôme. En este lugar, el lujo prevalece: joyerías tales como Cartier o Boucheron exhiben sus vitrinas repletas de diamantes y esmeraldas. Sin embargo, la Columna Vendôme es el auténtico personaje principal, una torre de bronce de 44 metros de altura edificada por Napoleón utilizando el metal de los proyectiles rescatados en la batalla de Austerlitz. Un monumento lleno de historia y, naturalmente, con gran gala.
Sainte-Chapelle: un espectáculo de luz
Situada en la Île de la Cité, la Sainte-Chapelle es una joya de arquitectura gótica que, al entrar, te deja sin respiración. Sus vitrales, que relatan fragmentos de la Biblia, enriquecen el interior con una gama de colores vivos cuando la luz solar los adorna.
Si estás en París en un día de sol, no dejes de cruzar la capilla a primera hora del día. Es en ese instante cuando la luz se infiltra de la manera más impresionante. Y si te agradan las presentaciones de música clásica, revisa la agenda: en ocasiones se organizan recitales que realzan aún más la experiencia.
Pont Neuf: el "nuevo" puente más viejo
El nombre podría ser engañoso, pero el Pont Neuf es el puente de París con mayor antigüedad. Erigida en 1607, ha presenciado siglos de trayectoria histórica. Es un lugar perfecto para contemplar el ocaso o simplemente pararse a contemplar el movimiento de los barcos en el Sena.
Comédie Française
La Comédie-Française es un sitio icónico para los aficionados al teatro. Establecida en 1680, esta es una de las agrupaciones teatrales más antiguas en todo el mundo y continúa presentando obras de clásicos franceses en su residencia del Palais-Royal.
Rue de Rivoli y la vida parisina
Si te gusta realizar compras, la Rue de Rivoli es el lugar ideal. En este sitio, las tiendas de moda se encuentran entre cafeterías y librerías. Una combinación perfecta para aquellos que quieren preservar un recuerdo de la ciudad mientras disfrutan del encanto de París.
Hôtel Ritz: donde el lujo es eterno
El Hôtel Ritz, ubicado en la Place Vendôme, fue inaugurado en 1898 por César Ritz, un hotelero suizo. Este hotel de lujo ha acogido a personalidades destacadas como Coco Chanel y Ernest Hemingway. El Ritz, famoso por su sofisticación y servicio impecable, representa un emblema de la hospitalidad en París.
Fuente de los Inocentes
La Fuente de los Inocentes, situada en la plaza Joachim-du-Bellay, es la fuente monumental más antigua de París. Es una muestra sobresaliente del Renacimiento francés y ha presenciado siglos de historia de París.
Place du Louvre
La Place du Louvre, ubicada en el vecindario de Saint-Germain-l’Auxerrois, es una plaza antigua que ha experimentado una evolución en paralelo con la ciudad. En el pasado, este sitio era el campamento de los vikingos durante la ocupación de París en 885. Hoy en día, la plaza brinda una vista espectacular de la fachada este del Louvre y se convierte en un lugar de reunión para residentes y visitantes.
En resumen
El 1.º arrondissement de París es un compendio de la rica historia y cultura de la ciudad. Cada calle, plaza y monumento cuenta una historia, invitando a los visitantes a sumergirse en el legado parisino. Es imprescindible recorrer este distrito para entender el espíritu de París y ser cautivado por su constante encanto.
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